MARCHA ATRÁS

 

La 'Blanquirroja' tuvo una de sus peores jornada  en la era Gareca y sucumbió 2-0 ante Chile. Perú nunca tuvo rebeldía ni ideas en Santiago. 

Moisés Chávarri
(@CDJMoises)

El Perú marcha. Pero inútil es la marcha sin lucha. A Santiago se marcha para la batalla, pero lo cierto es que nos marchamos sin excusa. Sin postura y sin voz, nos vamos del sur en silencio, extrañando el norte que en otras épocas era más claro y sencillo de encontrar. ¿Para la reivindicación hace falta convicción? Hace falta reacción. Hizo falta reacción.

Bombas de gas en Lima y bomba de Vidal en Santiago. La provocación debió azuzar a un equipo que todavía no sabía por qué luchaba. Sin protesta, sin rebeldía y sin plantar cara, la revolución se veía lejana. El segundo perdigón de Arturo nos dejó heridos, y nos dejó claro que jugar así era inconstitucional. Gallese hizo poco porque poca chance dejan los goles que el hombre del Inter marcó. Eso sí, Araujo pudo hacer más en jugadas clave.


La ‘Estrella Solitaria’ votó a favor de la vacancia de un estilo de juego que nos permitió gobernar en mejores tiempos. La coyuntura llamaba a salir. A salir con un propósito. Pero el temor se apoderó de las heridas con las que los Carrillo, los Flores y los Yotún volvían a nuestro campo cuando Chile nos robaba la pelota y la ilusión. El André de las primeras dos fechas no apareció en la capital chilena. Él sabía que sin Guerrero ni Farfán, la principal carta de ataque era él, pero poco pudo hacer ante la ‘mapocha’ desactivación.

Represión es el nombre que tuvo un primer tiempo en el que el rival supo leer y oler la conformidad de quien prefiere esperar en vez de transformar. Ruidíaz demostró que de nada vale llegar a la frontera de la lucha si en ella no aprovechas la posibilidad de cambiar la historia. Con solo cuatro goles en 45 partidos, es evidente querer que hasta un extranjero nos defienda mejor.



Con la insistencia por Ruidíaz, Gareca está priorizando la armonía grupal, el "no abandonar" a Raúl, pero las Eliminatorias no se tratan de “yo confío en fulano”, sino de poner a los más capacitados según las exigencias del rival. Su trabajo no es ser psicólogo, es llevarnos al Mundial. 

Tampoco es sano exponer a un jugador sin confianza. Lo puedes estar perjudicando antes que ayudando. Pareciera que con Raúl siempre jugamos 11 vs. 10. Todo eso viene de la cabeza: Ruidíaz NO está bien mentalmente. Su momento es comparable al que atravesó Cristian Zúñiga en Alianza Lima, por más jocoso que suene.

Le hicimos mucho honor a lo ‘Pacífico’ que estuvimos en este ‘Clásico’. Sin posesión ni oposición, el duelo fue llevado a un terreno en el que rondó por nuestra mente la eterna pregunta de nuestra bicentenaria historia: “¿Vale realmente el luchar?”. Pues lo que vale, es la esperanza de algún día ganar.

Por eso el Perú marcha. Y marcha ahora hacia sus tierras, en donde, desde el día de su independencia, se lucha sin excusa. Ante la nación de nuestro libertador, tocará afrontar y mirar nuevamente a los ojos de la inaceptable esclavitud.

Una esclavitud que no nos calla.
Una esclavitud que no nos tienta.
Una esclavitud que no nos representa.

EL PUNTAJE DE LOS LECTORES DE ALIANZA HISTORY:

Gallese (5); Advíncula (5), Araujo (5), Abram (5), Trauco (4); Aquino (3), Tapia (5), Yotún (5), Carrillo (6), Flores (4); Ruidíaz (0)

Ingresaron: Cueva (5), Lapadula (6), López (5), Gonzales (4), Polo (4)


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