EL PROFESOR SUPLENTE

 

En el debut oficial de Daniel Ahmed, Alianza Lima no se atrevió a ganar y pagó caro el refugio en campo propio. Llacuabamba consiguió el 2-2 en una de las últimas del partido. ¿En realidad era toda de Mario Salas? 

Pedro Candela
(@pedrocandela21)

Dicen que el resultado más peligroso en el fútbol es el 2-0 a favor. ¿Por qué? Tal vez porque con dos goles de ventaja bajas el ritmo, especulas, esperas la reacción del rival y juegas más pensando en liquidar el partido con una contra que en pasar al rival por encima. Son discusiones eternas del fútbol que dan para un debate aparte, pero hoy Alianza se encargó de darle argumentos a esa teoría.

Se fue al descanso con dos goles arriba sin haber superado a Llacuabamba en el trámite del juego. La efectividad le permitió esta ventaja gracias a Patricio Rubio (15’) y Kluiverth Aguilar (39’).

El primero logró convertir tras una desatención defensiva del rival luego de una pelota parada, y el segundo anotó tras gran colaboración de Ovando, arquero de Llacuabamba. Aguilar lo puso a prueba con un remate raso, sin mucha colocación y potencia, pero el golero le permitió al joven lateral aliancista marcar su segundo tanto consecutivo en la profesional.

Quizás muchos esperaban que Alianza repita un segundo tiempo como el que tuvo con Melgar días atrás. Que, pese a la ventaja en el marcador, mantuviera el orden, siguiera concentrado en cada balón y no le permitiera al rival siquiera lograr el descuento. Pero no fue así. Renunció a la pelota y mostró una actitud mucho más defensiva de la esperada.

Cuando llevas ventaja en el marcador, naturalmente bajas la intensidad, más aún si tu ventaja es de dos goles. Pero nadie imaginaba que Alianza renunciaría a la iniciativa tan temprano. Eso, sumado a que Llacuabamba creció y se sintió capaz de lograr el descuento, condujo a la primera amargura de la tarde.

Valera recibió de espaldas al arco entre Beltrán y Duclós, se las ingenió para eludir a ambos, los dejó atrás y venció a Rivadeneyra con un remate cruzado. A falta de media hora para que termine el partido, Llacuabamba se ponía a un gol de hundir a Alianza Lima en un nuevo lamento, uno de los ya acostumbrados en esta temporada. 


Hasta ese momento Ahmed no había conseguido que su equipo mostrara la misma solvencia que en la jornada anterior. El tanto del descuento trajo fantasmas que ya parecían haberse marchado.

Por propio peso e incapacidad de Alianza para liquidar el partido llegó el empate. Balón largo cruzado a la espalda de un distraído Alexi Gómez, 'sombrerito' a Rivadeneyra, la defensa no puede despejar la pelota y Santamaría aprovecha para empatar al último minuto. 

Otra vez Alianza dejó escapar una victoria. Otra vez quedó con ese sinsabor al término de una fecha. Otra vez sin sumar de a tres. Otra vez, otra vez…

Lo bueno: chispazos de Da Silva, quien esta vez al menos se animó a encarar rivales. 

Lo malo: terminó como siempre, en nada. 

Lo rescatable: Rivadeneyra nos salvó de varias y puede ser determinante en los próximos partidos. 

Lo lapidario: Errores puntuales nos siguen costando caro. 

El consuelo: cada vez falta menos para que se termine esta desastrosa temporada (¿aún podría ser peor?).

EL PUNTAJE DE LOS LECTORES DE ALIANZA HISTORY:

Rivadeneyra (5); Aguilar (6), Salazar (4), Beltrán (5), Duclós (5), Gómez (0); Ballón (6), Cruzado (5), Mora (5), Ascues (5); Rubio (7)

Ingresaron: Arroé (0), Medina (4), Cornejo (4), Da Silva (5)


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