De paso por Lima, el chileno Rodrigo Pérez recordó la experiencia internacional más intensa de su carrera con Alianza. El 'Ratón' sacrificó la Navidad de 2006 junto a su familia para conseguir el Título Nacional y no se arrepiente. "Soy un privilegiado por lograr que un chileno sea tan querido en Perú".
Escribe Daniel Brown Mansilla
Fotografía de Diego Suárez Bosleman
En seis meses en Alianza te ganaste el cariño y respeto del hincha blanquiazul ¿Fue la experiencia más grata de tu carrera fuera de Chile?
Super grata. Estuve en México (Pachuca), donde jugué una Copa Libertadores, pero acá fue distinto porque estuve en un equipo donde fui campeón y creo que eso queda marcado para toda la vida. No es fácil ganar un título en un país donde hay una rivalidad histórica con Chile, pero siempre dije que yo vine aquí a jugar fútbol y jamás me interesaron los problemas políticos. Vine por un asunto deportivo, la gente me abrió las puertas y tengo los mejores recuerdos. Eso es lo más gratificante.
¿Recuerdas cómo se dio tu llegada a Alianza? Conocías a Fernando Martel, con quien jugaste en Cobreloa, a Flavio Maestri durante su paso por Chile, e incluso jugaste la Libertadores contra el equipo.
Sabía también por el asunto del Fokker, porque de ese tema se habló mucho en Chile. Y en Cobreloa coincidí con Fernando (Martel). El vino acá y mantuvimos siempre el contacto. El negocio se cerró en tres días y nunca dudé en venir acá. Y elegí muy bien.
De villano a héroe. Rodrigo Pérez enfrentó más de una vez a Alianza con Cobreloa, pero el destino lo convertiría en hombre querido de La Victoria (EFE) |
Martel fue, digamos, un mediador para tu llegada…
Fernando me había hablado de Gerardo Pelusso y de otros jugadores como Maestri, Ciurlizza, 'Pepe' Soto, Olcese y Guillermo Salas. A Alianza ya lo había enfrentado en Copa Libertadores y sabía que se trataba de un equipo grande, el equipo más popular del Perú.
¿No fue difícil adaptarse a la institución?
Para nada. Desde que llegué me sentí muy grato y hasta el día de hoy mi familia tiene los mejores recuerdos. La ciudad me acogió de la mejor manera y pasé momentos muy lindos.
Además de la final, ¿qué partido con la camiseta aliancista recuerdas de manera especial?
Mi segundo partido, contra la San Martín en 'Matute'. Hice un partidazo, di un pase gol y casi anoto ante Leao Butrón, solo que el travesaño me impidió hacerlo. Me sentí muy suelto jugando de local y así empezó mi buen andar en Alianza Lima.
¿Qué recuerdas de aquellas concentraciones? ¿Quién era el más bromista?
Me reía mucho con Marko Ciurlizza, era un payaso, lo tenía de punto a Guillermo Salas y le decía que era feo. Me daba mucha risa.
¿Te habituaste a la salsa en el vestuario?
No, para nada. Yo soy muy duro para bailar, pese a que Juan Jayo aparecía con sus discos en el vestuario, pero yo era un robot para la salsa.
¿Y cómo calificas la labor que hizo Gerardo Pelusso?
Muy bien, un tipo súper serio, profesional y apasionado por su trabajo. Le gustaba que su equipo fuera agresivo y donde dirigió le fue bien, e incluso dirigió una selección. Tiene muchos méritos en su gran carrera.
Hablando de la definición del Clausura 2006, ¿el título se perdió en la derrota 3-2 con Sport Ancash en Huaraz?
Lo perdimos incluso con Sport Boys en la última fecha. Pero fuimos un equipo maduro, donde todos éramos pasados de 30 años y con mucha jerarquía. En la final con Cienciano enfrentamos a un gran rival, controlamos el partido en el Cusco y acá en Lima logramos un título más que merecido sobre todo por la calidad de plantel que había, jugadores muy generosos.
![]() |
Junto a Fernando Martel, su hermano en el fútbol y en su paso por el fútbol peruano. Aquí celebrando el 5 de noviembre de 2006, cuando marcó su único gol en clásicos (La República) |
Para ti fue una final especial porque pasaste esa Navidad lejos de Chile, lejos de tu familia.
Fue duro pasar una Navidad lejos de ellos, aunque yo preferí que se queden en Chile y pasen las Fiestas allá. Tuve la fortuna de encontrar una familia como la de George Forsyth, que me invitó a comer y a estar con ellos y después concentramos. El mejor regalo de ese 2006 fue ser campeones y, como dicen, tocar la gloria no lo cambio por nada.
¿Recuerdas cómo se vivió ese partido? El ambiente de Matute, aquel gol de Cienciano y la respuesta de Flavio Maestri a la jugada siguiente…
Creo que estábamos tan compenetrados que sabíamos que lo podíamos sacar adelante, pese a que era difícil ante un equipo que recibió pocos goles en el torneo. Creo que fuimos un grupo con una ambición enorme, con ganas de lograr cosas importantes y llegar a la gloria. El esfuerzo fue grande y la mejor recompensa fue el campeonato. Hasta el día de hoy tengo los buenos recuerdos de un gran grupo.
El “¡chileno, chileno!” en la celebración habrá sido tu momento más emocionante de la noche...
Demasiado. Imaginate, en un país donde hay muchas diferencias que te griten “¡chileno, chileno!”. Creo que somos pocos los privilegiados con eso y habla de que hicimos bien las cosas y dejamos huella. Fue la mejor sensación que me dejó el fútbol como jugador donde fui y siempre dije algo: más que el futbolista, está la imagen que entregas al resto como persona.
Tras su paso por Alianza Lima, Rodrigo Pérez regresó a Cobreloa por dos temporadas. Luego pasó a Unión Española y, en 2009, jugó algubis meses en Deportes Concepción. En ese mismo año pasó al Deportes Iquique, donde se retiró del fútbol profesional en 2011.
)
Comentarios
Publicar un comentario