Escribe Bruno Ortiz Jaime
A fines de 1997 Waldir Saénz era el mejor futbolista del fútbol peruano. Sus goles le valieron a Alianza Lima el postergado título nacional de aquel año y su brillantez como atacante lo colocaron en el mercado internacional. Ya no pintaba como una promesa, pues tenía 24 años, sino más bien como una garantía de gol.
De Colombia y Argentina preguntaron por él, pero fue un club español, (valga la redundancia) el Espanyol de Barcelona, el que puso una oferta concreta sobre la mesa. Querían al delantero que había hecho 100 goles en Alianza para consolidar un equipo que retome el protagonismo a nivel local y europeo (de hecho, en esa temporada ganaron la Copa Intertoto).
Recorte del diario catalán Mundo Deportivo que da cuenta del interés del Espanyol por fichar a Sáenz en aquella temporada (Archivo Alianza History)
"Tiempo después me lo contó alguien que estuvo en la negociación. Todo se vino abajo porque este señor (Benítez) habló cosas muy malas de mí. A lo mejor no quería quedarse sin protagonismo porque jugábamos en la misma posición", cuenta Saénz, a 17 años de la transferencia que pudo cambiar su carrera y su vida.
Benítez con Universitario en 2004. El fútbol lo trajo al país del futbolista que había lapidado 16 años antes en el Espanyol (El Comercio) |
El destino, caprichosa variable de la vida, colocó a Benítez nada menos que Universitario para 2004. Waldir era por entonces parte del plantel del archirrival, Alianza Lima. En el primer clásico, siete años después, se dio el cruce y Sáenz no dudó en encararlo.
"Fui a decirle a la cara por lo que había hecho en ese tiempo. Me dijo que no sabía nada, se hizo el loco. Le dije que todo daba vueltas en esta vida", recuerda Waldir.
Antes del final de temporada el paraguayo se marchó del Perú aduciendo una lesión y prometió volver para jugar gratis por los cremas en recompensa por su abrupta marcha.
ESOS PARAGUAS SON MAS ATORANTES ,TE LO DIGO POR EXPERIENCIA PROPIA
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