Manco ha marcado su primer gol en Primera y corre a celebrar al banco blanquiazul (Andina)
A 13 años de su debut con Alianza Lima, Reimond Manco tiene tantas conclusiones como jugadas vistosas en su carrera. Un brillante estreno profesional, su presurosa partida al PSV, algunas frases desafortunadas y un retorno insuficiente marcaron su andar en el club que, afirma, es la casa a la que aún ansía volver.
Escribe Freeze Marín García
El 7 de abril de 2007,
con inolvidable melena en la cabeza y una camiseta número 18 que le quedaba
enorme, Reimond Manco hizo su debut en Alianza Lima a los 16 años.
Así de rápido, así de increíble para el adolescente que había coleccionado
goles y raspones en las canchas de Caracas, Venezuela, la ciudad que lo hizo
futbolista, y Lurín, el barrio donde hace 13 años llevó el nombre más
mencionado en sus calles.
Alianza Lima era
vigente campeón nacional y el uruguayo Gerardo Pelusso todavía su entrenador.
La espantosa campaña de Copa Libertadores a inicio de año parecía mitigarse con
algunos triunfos en el torneo local y una ilusionante aparición. En los hábiles
pies de ese chico que había sido elegido como mejor jugador del Sudamericano Sub
17 parecían renacer las golpeadas expectativas del hincha. Aquella entrada ante
Alianza Atlético llevaba impresa la promesa de un estreno que podía ser
histórico.
El momento que ha recordado 13 veces en redes sociales. Respaldo de Pelusso e ingreso por Ross (Depor)
“Nunca esperé mi
debut, había conversado con Pelusso y creí que iba a tardar un poco más porque era
muy cauto, pero me dio la oportunidad. Pensé que ya no entraría por la
situación del partido… Me llamaron faltando 8 minutos, el cambio demoró, pero
pude debutar. Fue uno de los días más felices de mi vida, muy emocionante, una
sensación de felicidad única", cuenta Manco, quien hoy recuerda con humor la
primera patada que recibió en ese partido, de Pedro Plaza, y que no fue sino
hasta la llegada de Miguel Ángel Arrué, cinco meses después, que volvió a tener
oportunidad de jugar.
“En ese momento no
escuchaba a la gente, yo estaba nervioso. Me dieron un polo gigante y yo pesaba
20 kilos mojado, fue terrible (risas). Recuerdo mi ‘bautizo’, cuando Jair Yglesias
me da un pase, yo giro y empiezo a avanzar con la pelota, Pedro Plaza va al
cruce y no le queda otra que barrerme por atrás”
Las bromas de Aldo Olcese y los doradísimos zapatos para el debut. Al lado, la primera caricia en Primera, cortesía de Plaza (Depor)
Manco, hoy frisando
los 30 años, no evita recordar a quienes lo impulsaron a cumplir su sueño
infantil como íntimo. “Me tocaron los mejores entrenadores de divisiones
menores que ha tenido Alianza: Arturo Bazalar (QEPD) y Jaime Duarte. Me ayudaron
mucho junto al ‘Cholo’ Castillo, quien me agarró mucho cariño. Eso facilitó la
adaptación”, señala.
El 6 de julio de 2008,
con solo tres goles oficiales en su carrera, se despidió de Alianza Lima en un
clásico que acabó 1-1. El escándalo generado tras una fiesta de despedida, una
temprana vinculación con la farándula y algunas frases en off-side empañaron su
partida al PSV Eindhoven. Algunos meses atrás había declarado, tras una opaca
actuación, que se estaba cuidando las piernas porque su ciclo en La Victoria
había terminado.
“Las cosas suceden por
algo, equivocaciones que uno tiene, pero la vida sigue. Para mí fue un sueño
cumplido, estuve tres años allá y jugué Champions League. Aquello que dije fue
porque tenía 16 años, era un inmaduro, ni siquiera sé por qué lo dije”,
manifiesta.
Dos años después, de
regreso al país para jugar la Copa Libertadores con Juan Aurich, tuvo una desaforada
celebración de gol que fue muy mal tomada por la hinchada aliancista. Él
asegura que la misma tuvo otro destinatario.
"Lo celebré así
no porque tuviera algo en contra de Alianza, sino contra el presidente que en
ese momento estaba (Guillermo Alarcón). En ese año me llamaron, pero no me
gustaron algunas cosas, me ninguneó. Me equivoqué porque el hincha no tiene la
culpa de eso. Luego tuve la oportunidad de conversar con los de la barra y todo
muy bien. Es más, dejé muy buenos amigos ahí. En momentos de calentura uno hace
cosas que a veces no quiere, pero lo importante es saber reconocer y pedir
disculpas”, dice al respecto.
La celebración de 2010 ante Alianza Lima, una de las acciones de las que Manco aún se arrepiente (Depor)
Pese a las idas y
vueltas con Alianza Lima, Manco retornó al club en 2015 luego de dar visos de
retomar su mejor nivel. Hoy valora ese paso más desde lo humano que lo
deportivo, con un protagonista principal: Roberto Mosquera.
“Roberto fue muy buena
onda, siempre se portó bien conmigo. Es muy trabajador y muy inteligente. Nos
llevábamos muy bien, es una calidad de persona. La decisión de jugar en Reserva
la tomamos ambos. Jugué un par de partidos, después volví al primer equipo y
terminé jugando muy bien. En un principio habíamos armado un equipazo, pero las
cosas ese año no se dieron y Mosquera se terminó yendo”, indica.
Pablo Bengoechea no lo
tuvo en cuenta para su proyecto 2017, situación que, asegura, no tomó con
recelo, pese a que nunca le comunicaron expresamente la decisión. “Nunca me lo
comunicaron, cuando vi que no me iban a renovar tuve que aceptar otra propuesta.
Hoy en día casi ningún equipo lo hace, al menos eso es lo que tengo entendido.
No me molestó; al contrario, me fui bien, tranquilo y agradecido con la
institución”.
“Siempre se puede dar
más. Lastimosamente, las cosas no salen como uno quiere. Creo que si hubiésemos
salido campeones, otra seria la historia. El fútbol no es un deporte
individual; si las cosas no marchan, es difícil que alguien sobresalga”,
agrega.
Manco y la última de sus cuatro celebraciones de gol oficiales en su última etapa en Alianza Lima, ante Real Garcilaso (Correo)
Desde que Youtube apareció
en la Internet, han sido miles los videos que han llevado a Reimond Manco en sus
títulos. Se cuentan compactos de cuando era ‘Jotita’, golazos, jugadas de lujo
y algunos otros que preferiría olvidar. De ellos, son dos a los que suele
retornar cada tanto.
“Mi primer gol, contra
Bolognesi en el 2007, siempre será el más emotivo pero el más bonito es el que
le metí a Garcilaso en Cusco, en el 2015.
Creo que solo hay que ver la celebración para ver lo que significa hacer un gol
con esa camiseta. Hasta el día en que me retire, siempre voy a querer jugar en
Alianza”, apunta.
¿Has estado cerca de
jugar en la ‘U’ o Cristal?
De Cristal sí, hace
muchos años. En la ‘U’ no.
¿Descartas jugar en
estos equipos?
Yo soy sincero, uno se
debe a su trabajo, pero si me preguntas no sabría responderte porque nunca me
lo he imaginado. Eso depende mucho del momento.
Tú talento es algo
innegable… ¿Crees el físico te jugó en contra en tu carrera?
Yo pienso que no, sigo
vigente y he jugado en todos los equipos donde he estado. Lo que pasa que ahora
se valora mucho el físico. En los tiempos en que yo salí pesaba mucho más la
técnica. Pero los jugadores técnicos nunca van a pasar de moda.
Reimond Manco, todavía con 29 años, hoy en Binacional. Todavía sueña volver a Alianza para reencontrarse con "jugadores de la casa" (Depor)
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