PROYECTO UNO

Alianza Lima se despidió de la Copa Libertadores con una derrota por 2-0 ante Nacional, 23 partidos sin ganar en el torneo, una canasta de goles en contra, la promesa de un proyecto hasta 2024 y uno, sí, un solo punto.

Gustavo Prellwitz
(@gprellwitz24)

En otra terrible actuación, Alianza Lima cayó 2-0 frente a Nacional en el estadio Gran Parque Central. Con este resultado quedó eliminado de la fase de grupo y sin cupo a la Copa Sudamericana. Aunque haber pensado en una clasificación a este torneo habría resultado generoso.

El funcionamiento íntimo fue vergonzoso, con nada para rescatar, sin ideas y con la imposibilidad de completar tres pases seguidos. Hoy Alianza es un equipo sin sangre obligado a salir jugando. Aún una excusa mediocre para justificar un rendimiento mediocre.

Uno busca la razón por la que Mario Salas deja en el banco de suplentes a Miguel Cornejo, de lejos el único jugador con intención de darle fútbol al equipo. Quizá varios de los titulares la rompen en los entrenamientos y los demás no ven o hallan lo que tanto valora el 'Comandante', convencido en cada conferencia de que el equipo muestra mejoría en cada partido.

La realidad indica que antes de ingresar al campo Alianza ya tenía el marcador en contra. Salimos con 11 en la cancha, pero la sensación es que apenas se juega con cinco. Una vez más Rubert Quijada fue determinante en el resultado, sumado al pobre desempeño de Carlos Ascues y Aldair Salazar. Lo de Gonzalo Sánchez ya no sorprende y Oslimg Mora, dentro de los intentos que muestra, cae en desaciertos y jugadas que no corresponden a la situación del equipo.

La idea de Salas existe, pero no puede ser ejecutada por laterales que tienen miedo de ser laterales ni con un mediocampo sin la presencia de un armador. Hablar, o escribir en este caso, es fácil, pero es imperdonable no enlazar tres o cuatro pases seguidos. Ni siquiera el penal de Patricio Rubio pudo cambiar el destino del partido, pues Alianza no brinda hoy ninguna garantía con cualquier marcador.

La culpa del técnico radica en insistir en nombres que no dan la talla. Mención aparte merece el valiente de Carlos Montoya, quien con su corta edad muestra mayor temple que los supuestos líderes del plantel.

Alianza Lima terminó su participación copera sumando 23 partidos sin ganar y con la promesa de un proyecto que tendrá sus frutos en 2024. ¿Hasta entonces se justificará así estas campañas vergonzosas de un punto, en las que la responsabilidad es directriz? 

Si contratas pésimo, si terminas desarmando al equipo y tus refuerzos ni siquiera juegan, ¿se puede llamar el precio a pagar de un proceso? ¿Se seguirá tirando plata al agua en nombre de un proceso que suena a escudo contra los cuestionamientos? El proceso que nutra al Primer Equipo de sus canteras jamás encontrará resultados si toman decisiones de fútbol los que no saben de fútbol.

EL PUNTAJE DE LOS LECTORES DE ALIANZA HISTORY:

Butrón (6); Salazar (4), Montoya (5), Quijada (2), Rosell (4); Ascues (0), Ballón (5), Mora (5), Ferreyra (5); Rubio (1), Sánchez (0)

Ingresaron: Arroé (5), Cornejo (5)

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