LA ASUNCIÓN DE SAN ANDRÉ

Perú igualó 2-2 con Paraguay en Asunción y, aunque es valioso sumar de visita, quedó sabor a poco. André Carrillo fue la gran figura del partido con dos golazos.

Moisés Chávarri
(@moisesCDJ)

Volverse a enamorar demuestra el triunfo de la esperanza sobre la experiencia. Pensábamos que Asunción sería nuestro eterno París, pero hasta París supo ser guerra alguna vez. Más que regresar a un lugar en donde fue feliz, el ser humano sueña siempre con retornar al momento en el que sintió estarlo. 

Hoy volvimos al encuentro de aquel 4-1 del 2017. Aquella luna de miel que para muchos, solo sale una vez. Hoy no estuvo su figura y mucho menos su recuerdo. Quizás nos lo merecemos, porque bien es sabido no se juega con la memoria.

Para sufrir, Paraguay

Lo último que se pierde en Paraguay no es la esperanza, es la pelota. Tal es el espíritu guaraní que hasta su estadio lleva el "Defensores" en el nombre. El Chaco, una de las dos regiones de la nación albirroja, más que sentirse protegida, durante buen rato ni siquiera se sintió vulnerada. Aliancistas, cremas, celestes y quien sea, concordamos en algo: sin Paolo -y sin algún fantasma futurista que se asome a nuestras insaciables y justas expectativas de reemplazarlo- los balones largos no los lanzamos, los regalamos.

Cuando las gradas enmudecen, significa que el silencio juega de local. Los dueños de casa no te esconden la pelota: te la quitan. Conocedores de la fortaleza de Perú, los rivales frustraron la confianza que obtienen los de Ricardo cuando manejan el redondo elemento. 

 'Culebra' y 'Camello'

Paraguay usa tanto la cabeza que hasta te la puede regalar con ella. André, hijo de nuestra historia 'Blanquiazul', de tanto convivir entre camellos árabes, pareció comprender con su gol que, aunque muchos puedan tildarte de apático, lo importante es lo que llevas sobre las espaldas. 

Tristemente, la espalda es lo que Ángel Romero le mostró a Advíncula minutos después mientras celebraba su gol a expensas de un Luis que no le regaló dinero ni joyas, pero sí el lujo de habilitarlo para que Ángel se sienta de ‘shopping’. El paraguayo no lo dejó cojo, pero con su doblete sí nos quiso decir “next”. 

En los goles, más 'compadres'

Los nuestros dejaron de pisar la costa del oponente porque el oponente no dejaba de pisar nuestros costados. Mientras Advíncula apenas mojaba sus pies en la orilla, Trauco, que en el primer tiempo parecía mirar el duelo desde un pasivo malecón, decidió por fin meterse al océano antes que ahogarse en él. El centro del zurdo fue tan bueno, que ni el alma del mítico estadio lo quiso evitar. Por supuesto, Carrillo tampoco.

Farfán, inmerecedor de la banca

El ingreso de la 'Foca' demostró que en Eliminatorias, la jerarquía no se negocia. A pesar de que lo más peligroso que hizo no pasó de un off-side, Jefferson dejó en claro que su presencia juega por sí misma en muchas oportunidades. Y ante lo que se nos viene contra Brasil, ni qué decir.

Poco que mencionar de Peña, y apenas poco más de Zambrano, más allá del riesgo al que fuimos expuestos gracias a su cordial, noble y famoso codo. Quien se debe volver a sentir famoso es Cueva, que si bien sufrió de asfixia 'albirroja', no puede ocultar lo que no recuperó estos meses en juego y nivel.

Quiero volver, volver, volver

El ser humano siempre sueña con volver. A un lugar, a un momento. Sueña con volver a un campo, o a veces hasta a un teclado. Sueña con volverse a encontrar, con volver a ver el sol... pero olvida que no hay sol sin que hayan sombras.

Sueña con volver a enamorarse y celebrar el triunfo de su esperanza sobre la fría experiencia. Y a pesar de que cuando se ama no siempre hay soles, podemos vivir tranquilos sabiendo que, aunque sea de miel, nuestra extrañada luna también volverá. Volverá a salir.

EL PUNTAJE DE LOS LECTORES DE ALIANZA HISTORY:

Gallese (7); Advíncula (4), Zambrano (6), Abram (6), Trauco (4); Aquino (6), Tapia (6), Yotún (7); Cueva (6), Carrillo (8); Ruidíaz (0)

Ingresaron: Farfán (4), Gonzales (5), Polo (4),  López (4), Peña (5)

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