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El único gol del partido llegó tras un tiro libre que rebotó en la espalda de Aldair Salazar, generando una segunda oportunidad aprovechara por Erick Gonzales para el 1-0. Fue el corolario de un amargo primer tiempo, que además tuvo la dura lesión de tobillo de Rinaldo Cruzado, quien debió marcharse reemplazo por Joazhiño Arroé.
Para la segunda mitad del encuentro Alianza Lima tuvo el dominio del balón, pero no fue claro. Las pocas llegadas al área que consiguió no tuvieron la mínima claridad por parte del ataque. La entrada de Da Silva volvió a pasar inadvertida. En tanto, Miguel Cornejo sigue demostrando que, al entrar, el equipo tiene mayor posesión del balón y orden en el medio campo, pero esto no es suficiente si nadie concreta el gol.
El partido terminaría siendo un calco de la era Mario Salas. La última jugada del partido fue un remate de Arroé que pasó por arriba del travesaño.
Las imágenes que se vieron a continuación fueron las de un equipo desolado, confundido, desanimado y encolerizado. Leao Butrón parecía increpar a Aldair Salazar por su displicencia y rechazó un aparente gesto de tranquilidad del director técnico Daniel Ahmed.
Alianza Lima sigue demostrando características de equipo que está por descender, junto a una sensación de mala fortuna como la lesión de Rinaldo Cruzado. Sin embargo, los números siguen diciendo que Alianza depende de Alianza. Por ello este sábado se juega -más allá de clichés- una verdadera final ante Sport Boys, la cual podría atenuar este tormentoso año para la familia íntima.
El hincha íntimo solo espera que los astros se alineen y algo de buena energía entre en el corazón de los jugadores aliancistas para salir de esta esta agobiante situación.
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