Carlos Aparicio tras la final que dejó a Alianza Lima sin título ante Jaamsa. Los cuestionamientos a su cargo, su trabajo silencioso para mantener a flote al vóley y el riesgo de desactivar al equipo para 2021. Todo en esta entrevista.
Sebastián Pantoja
(@SebastianPC971)
Carlos Aparicio despierta pasiones encontradas en el hincha de Alianza Lima. Existen quienes lo ven como el versátil artífice de que el equipo de vóley siga vivo tres décadas después; y otros quienes lo acusan de aferrase al cargo de entrenador. Como para reavivar el debate, en este 2020 los reflectores volvieron a apuntar hacia él, pues llevó al cuadro de mayores a puertas de un nuevo título oficial 27 años después. Una empresa que no fue posible, pero que dejó en Aparicio la ilusión de volver a aquel protagonismo de los 90... si es que la administración del club lo permite. El descenso a Liga 2 podría afectar indirectamente a las 'Íntimas', quien serían un 'gasto' prescindible para el enrarecido directorio íntimo.
¿Cuál fue la sensación al día siguiente de perder la final contra Jaamsa?
Me dejó triste porque quería regalarle esa alegría para la hinchada. Era un partido para cualquiera, tuvimos errores que nos costaron, pero también hay cosas rescatables. Tuve la alegría de conducir al equipo hacia una final, que no lograba hace varios años, y eso obedece a que después de tantos años hemos podido tener un cuerpo completo, con el doctor Víctor Mamani, el fisoterapeuta Joel Filippa, un psicólogo que llegó tarde y, sin embargo, ayudó y un nutricionista. Lo único que me faltó era un experto en estadística, un data-voley. Eso no lo tenemos porque cuesta muy caro conseguir la licencia, que es de 6 mil dólares, más el sueldo del personal especializado. Con todo eso hemos llegado a obtener una buena ubicación. También es rescatable que el año pasado en menores y juveniles salimos campeones y que en este torneo hemos llegado a la final porque son campeonatos donde no hay extranjeras.
En el torneo que empieza en enero sí jugarán extranjeras y el equipo que tenga los mejores refuerzos tendrá mejores actuaciones. Nosotros, con todas las restricciones económicas, siempre hemos estado en los ocho primeros lugares. Me queda un sabor amargo de no haber obtenido el título, pero también me deja que, con un real apoyo, el equipo puede conseguir mucho más.
¿Cuál fue el punto de quiebre para perder un partido dominado? ¿Pasó más por lo mental o por no defender bien los ataques de Jaamsa?
Nosotros trabajamos un sistema de defensa que se vio alterado. Coraima Gómez hizo un partido extraordinario y no la pudimos controlar, el bloqueo no anduvo en el tiempo exacto. Creo que no hubo un punto de quiebre. Si te das cuenta, el primer set lo ganamos con una diferencia de cuatro puntos, el segundo lo perdemos 32-30 con diferencia de dos, el tercero 26-24 y el cuarto 25-23. Todos los sets fueron muy reñidos hasta el quinto. Cualquiera de los dos habría podido ganar y eso me deja tranquilo. El pueblo aliancista pudo ver la entrega de las chicas y el corazón que le ponen.
Qué le falta a Alianza para ganar un título oficial de mayores?
Cuando ganamos el tricampeonato no había jugadoras extranjeras, pero teníamos a las mejores nacionales. En el primer año estaban Rosa García, Gina Torrealva, Raquel Chumpitaz, sumadas a Jessica Tejada, Diana Uriol... Después, en el segundo año, tuvimos a Natalia Málaga, Denisse Fajardo, Sara Joya, Andrea Musso. Y en el tercero tuvimos a Gaby Pérez del Solar, Natalia... Siempre teníamos lo mejor. Después comenzó el contrato con las extranjeras y ahí nos perjudicamos. Se necesita un presupuesto alto para tener las jugadoras extranjeras que hagan diferencia acá. Las condiciones en las que estamos trabajando son bien difíciles para competir con las universidades, que fueron las primeras en romper el mercado. Sin auspicios no se puede sobrevivir.
Te pongo un ejemplo: en el fútbol, con la taquilla no puede sostener a un plantel; en el vóley es peor aún, porque el precio de las entradas es más bajo. Pensar que el vóley se mantenga con taquillas es una utopía. Nosotros no hemos tenido entradas virtuales. Te aseguro que si las hubiésemos tenido, nos hubieran ayudado a solventar los gastos. Hay cosas que se pueden hacer, el vóleibol es un producto que se puede vender. Hay que recomponer el equipo, porque se va Aixa Vigil y necesitamos un reemplazo, luego determinar si vendrán dos o tres extranjeras. No sabemos ni siquiera si Alianza Lima tendrá presupuesto para contar con extranjeras.
¿Qué posiciones espera reforzar para el próximo año?
Necesitamos una punta, una central y, si al final son tres, serían dos puntas y una central.
¿Por qué el equipo ha tenido una sequía tan larga a su mando?
Alianza Lima fue sancionado en un momento por una oposición en contra de la dirección de la Liga y lo sacaron de la competencia. Estuvimos dos años fuera y nuestras jugadoras se fueron. Leyla Chihuán, Sofía Salas se fueron al San Felipe Abecedario. Y cuando nos dieron la luz verde para competir tuvimos que recurrir a jugadoras retiradas. Diana Uriol, Jacqueline Benítez, volvió a jugar Denisse Fajardo, que fue como un favor hacia mí, y así conseguimos ascender nuevamente. Al llegar al ascenso, la Liga ya tenía el tinte de profesionalismo.
Te pongo un ejemplo: un equipo que compró a dos jugadoras por 50 mil dólares cada una. Para nosotros eso es increíblemente absurdo. De las cubanas que trajimos el año pasado, una cobró 6 mil dólares la temporada y la otra 5 mil, eso es lo que paga Alianza. Con el respeto que merecen las chicas que vinieron y dieron lo mejor de sí, no puedes compararlas con jugadoras que vienen con una talla olímpica y ganan 50 mil dólares la temporada.
Otra cosa de la que se habla es sobre las divisiones menores. Nosotros tenemos muy buenas divisiones menores, por algo somos campeones, pero después son jaladas a otros equipos o no podemos seguir con su formación porque no tenemos cancha. Tenemos la del colegio Isabel La Católica, que es sintética y no es lo ideal. Es más, tenemos que estar alquilando esa cancha, no tenemos un horario fijo. El problema de Alianza es que no tiene una infraestructura. El día en que Alianza tenga su coliseo, donde se pueda entrenar la cantidad de horas necesaria, se podrá generar mucha producción. Las divisiones menores de Alianza antes entrenaban en Villa El Salvador, después en el Bentín... Siempre el fútbol de Alianza ha tenido cancha para trabajar y el equipo de vóley.
¿Ha hablado con el club respecto a tener sus propias instalaciones?
Mi hija hizo unas actividades durante casi cuatro años y consiguió armar una loza ahí en la explanada, pero ahí quedó, ni siquiera la pintaron ni la dejaron como tiene que ser. Y eso no le costó a Alianza, sino a mi hija. Hay una serie de factores que atentan con lo que nosotros quisiéramos hacer. Yo quisiera tener las mejores condiciones para trabajar, pero son las que tenemos. Son 29 años que venimos haciendo vóley en Alianza. Yo no me quejo, con cariño lo seguiré haciendo. Mira, si con un poco de apoyo hemos llegado lejos, imagina lo que conseguiríamos si tuviésemos todo.
¿Cree que esta campaña elevará el interés del hincha por el vóley?
Yo creo que ha sido un daño colateral por el tema del fútbol. Cuando el vóley comenzó a ganar partidos, motivó. Igual el vóley siempre ha tenido su público. Me acuerdo de un clásico en el que Matute estuvo lleno y el Bonilla también. Siendo dos deportes distintos, el hincha llenó ambos. Si no hubiese prohibición de público, el partido con Jaamsa estaba repleto de aliancistas.
Coraima Gómez admitió tener sentimientos encontrados por ganarle a Alianza. ¿Realmente fue abandonada cuando salió del club?
Hay comentarios injustos, ella no se lesionó en Alianza, se lesionó en la Federación. La Federación la dejó seis meses sin hacer terapia ni con el trabajo que tenía que hacer, y después en Alianza Lima presionamos para que ella pudiese ser operada. Ella ha tenido dos años en Alianza en los que se le pagó sin jugar. Al término del segundo año se le pidió una reducción de su sueldo y ella no aceptó. Es mentira que Alianza no la ayudó, porque aparte del tema de la operación se le pagaron los dos años sin que ella jugara. No hubo enemistad. Es más, yo la he llamado para felicitarla por su rendimiento. Cuando estábamos en plena cuarentena me pidió un balón prestado para poder entrenar en su casa, y hoy justo le dije que si hubiera sabido que iba a jugar así, no le hubiera dado el balón cuando estábamos en cuarentena para que no entrene (risas). Es una de mis hijas del vóleibol.
¿Le gustaría tener a Coraima de regreso en Alianza?
Prefiero no responder esa pregunta ahorita porque tengo un equipo y lo debo respetar. Cuando estemos en evaluación de todo lo que hay en el mercado, veremos quiénes son las mejores jugadoras para que puedan venir a Alianza.
¿Qué le dijo a las chicas después del partido?
Les dije que no había nada de qué avergonzarse, que después veremos los errores. En el momento que se pierde no es adecuado porque puede ser desmesurado. Toca darle vuelta a la página y seguir avanzando.
¿Cómo toma las críticas del hincha a su trabajo en Alianza?
El verdadero hincha de Alianza Lima del vóleibol sabe que esto ha sido muy duro a través de los años, recién se han adoptado las condiciones necesarias. Muchos hinchas pueden quejarse de que Carlos está desactualizado, pero no saben que el único instructor internacional que tiene el Perú soy yo. Hay gente que opina porque no sabe, y los que saben entienden el trabajo que hacemos. Estoy tranquilo, he sentido mucho respaldo de la gente. Estoy feliz por eso.
¿Qué le han informado acerca de la posibilidad de que el equipo de vóley se desactive para 2021? Tuvimos conocimiento de que se está evaluando, al igual que el equipo de fútbol femenino.
Hasta el momento no hemos sido notificados sobre el tema. El club me ha consultado sobre las fechas para el inicio del próximo campeonato y los documentos necesarios para la LNSV, los cuales ya entregué. Espero que sea solo un rumor.
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